Junto a la ropa sucia el papel de regalo.
La distancia tenía color de hierba y bosque,
autopistas lavadas por la lluvia,
direcciones escritas en periódicos
y recuerdo también
mañanas intermedias en el coche
de un extraño cualquiera,
posiblemente amigo de otro amigo,
un extraño que fuerza sus palabras
y persigue emisoras con noticias del sur
y me pregunta por el sol de marzo.
La distancia tenía color de escaparate,
teléfonos a cobro revertido,
y detrás de los faros
esos rostros que luego,
cuando se llega a casa,
suelen perder su nombre en las fotografías.
Indicadores neutros se llenaban de gente
y surgían promesas al calor de un encuentro,
noches para contar,
ciudades convertidas en anécdota.
Junto a la ropa sucia el papel de regalo.
Pero desde que viajo sin ausencia
y todo va conmigo,
los bosques ya no piensan en el sur
y la distancia tiene
un color de palabras soportadas,
color de mi silencio,
mi camino.
viernes, 13 de febrero de 2009
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1 comentario:
Precioso poema.
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